La pandemia de COVID-19 llegó a cambiar muchos aspectos de nuestras vidas, incluso aquellos que creíamos conocer muy bien.
Alrededor del mundo, mujeres han notado que su periodo ha sido diferente de lo usual después de enfermarse o de vacunarse contra este virus. En este artículo de Steminist te contamos lo que puede estar detrás de estos cambios.
Lo que sabemos
En la superficie de la membrana de todas las células, la capa que la protege del exterior del medio donde se encuentre, podemos encontrar estructuras llamadas receptores. Estos suelen ser proteínas, y es gracias a ellas que la célula se entera de lo que está ocurriendo a su alrededor. Diferentes moléculas (también llamadas ligandos) pueden unirse a estos receptores y desencadenar una cascada de señales en el interior de las células. Así como solo una llave puede abrir un candado en particular, los ligandos y los receptores sólo se unirán si sus formas son complementarias.
1. Ligandos. Se encuentran alrededor de la célula y cada uno tiene una forma específica que la hace unirse a un receptor
2. Receptores de Membrana. Cada de uno de ellos tiene la forma complementaria de un ligando
Los virus aprovechan estas estructuras para poder infiltrarse dentro de la célula e infectarla, y en su cinturón de herramientas tienen varias que las ayudan a hacerlo exitosamente. Se cree que el coronavirus que causa el COVID-19 se adentra a la célula a través de un receptor llamado enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2). Por lo tanto, las células de los órganos que tengan este receptor son vulnerables ante este virus como es el caso de las células de pulmón, intestinos, riñón, vesícula biliar y del corazón. La presencia de este receptor explica por qué el COVID-19 se puede manifestar con tantos síntomas diferentes.
Sin embargo, también podemos encontrar a ACE2 en los ovarios, el útero, la vagina y la placenta. Muchas mujeres han reportado que además de los síntomas que trae el COVID-19, han tenido alteraciones en su periodo como la duración, frecuencia, regularidad y el volumen del sangrado.
¿Qué puede estar pasando?
La Dra. Kezhen Li y su grupo de trabajo tomaron cartas en el asunto y llevaron a cabo una investigación con el objetivo de lograr desentrañar un poco la forma en la que este virus afecta el ciclo menstrual, prestando especial atención a determinar si puede tener efectos graves a largo plazo. En este estudio participaron mujeres de entre 18 y 45 años que fueron hospitalizadas por COVID-19, y tanto sus periodos como sus niveles de hormonas sexuales fueron monitoreados.
El ovario es fácilmente afectado por muchos factores como el estrés, los fármacos, o las infecciones. Las células de nuestro sistema inmunológico tienen un arsenal de armas que utilizan para atacar a los agentes que nos enferman y entre las armas de este ejército celular se encuentran unas proteínas muy pequeñas que se llaman citocinas. Sin embargo, las células armadas con ellas pueden salirse de control y convertirse en lo que se conoce como tormenta de citocinas, reacción que han presentado aquellas personas gravemente afectadas por el COVID-19. El grupo de la Dra. Li observó que estas complicaciones podrían estar relacionadas con los cambios menstruales.
Al analizar los patrones de los periodos, por lo general se observó que la mayoría de las pacientes reportaron un ciclo más largo con un flujo más ligero, pero hubo también quienes tuvieron ciclos más cortos junto a un sangrado abundante. Afortunadamente, 99% de las mujeres que participaron en el estudio regresaron a su ciclo normal entre 1 y 2 meses después de ser dadas de alta.

Además, sus niveles de hormonas sexuales no mostraron diferencias significativas respecto a aquellas mujeres que no padecieron la enfermedad. Estas son buenas noticias, ya que es un buen indicio de que los cambios en la menstruación causados por COVID-19 muy probablemente sólo sean cambios temporales y que sus sistemas no se vieron seriamente afectados.
Aún así, hacen falta muchos más estudios para asegurar que esta infección no causará daños a largo plazo. Estudios con mayor número de participantes, estudios que tomen en cuenta otros factores como si usan o no anticonceptivos, y su tipo si es que lo usan; o si la presencia de otras enfermedades es lo que podría estar causando estos cambios.
La Vacuna y la Menstruación
Las campañas de vacunación van arrancando en algunos países y sobre la marcha estamos aprendiendo más sobre el virus y sobre cómo interactúa con nuestros cuerpos. Hemos escuchado sobre tener fiebre, sentir dolor en el brazo o estar extremadamente cansadxs después de vacunarse, pero no son los únicos efectos secundarios que se han reportado.
Muchas mujeres y personas menstruantes notaron que su periodo se adelantó, se atrasó o duró mucho más de lo usual. Algunas presentaron más y algunas menos flujo de lo normal. Incluso algunas reportaron sangrado, a pesar de estar pasando por la menopausia.

Este fue el caso de la Dra. Kate Clancy, quien compartió su experiencia post-vacunación en un tweet que se volvió viral y recibió muchas respuestas de diferentes personas compartiendo los cambios que habían notado en sus ciclos.
«Una colega me dijo que había escuchado a otras personas hablar de cómo sus períodos eran abundantes después de la vacunación. Tengo curiosidad por saber si otras mujeres y personas menstruantes también han notado cambios. Estoy a una semana y media de la primera dosis de Moderna, tuve mi período uno o dos días antes, y me siento como si estuviera en mis 20 años otra vez.»
Dra. Kate Clancy
Gracias a este tweet, la Dra. Clancy y su grupo de investigación decidieron realizar un estudio para tratar de entender mejor la forma en la que la vacuna contra el COVID-19 afecta la menstruación. Si te vacunaste, notaste algún cambio en tu periodo y te sientes cómoda con compartir tu experiencia, puedes participar en este proyecto y contestar esta encuesta.
Desgraciadamente, la cantidad de personas que tienen acceso y oportunidad de recibir la vacuna es muy pequeña, así que aún hay muchas preguntas sin resolver. Es necesario que pase más tiempo y que más personas sean vacunadas para obtener más información.
A pesar de estos efectos, no hay excusa para no vacunarse. La prioridad sigue siendo cuidarnos, así que de ser posible, hay que tomar la oportunidad de recibir la vacuna, vigilar nuestro ciclo de cerca y visitar a nuestrx ginecólogx de confianza en caso de creerlo necesario.
Las Mujeres y los Ensayos Clínicos
Tristemente, esta no ha sido la primera vez que la medicina ha ignorado el tema de los efectos secundarios en las mujeres. A pesar de que han participado más en estos ensayos en los últimos años, muchos de estos estudios aún no analizan los datos sobre las diferencias que presentamos.
Quizás los efectos que tenga el COVID-19 y la vacuna contra este sobre nuestros periodos no sean muy graves, sin embargo, no por eso son menos importantes. Tener información accesible hace que nos sintamos más tranquilas y que el pánico no se apodere de nosotras.

Es importante exigir que se practique la medicina con perspectiva de género y así dar visibilidad a estos problemas. Al realizar más estudios sobre estos temas no sólo podríamos obtener información sobre los efectos que tiene el virus sobre nuestros sistemas, sino también datos sobre las desigualdades de raza, género, y clase que existen en el sector salud y tomar acciones para erradicarlas.